Seguir ahí, con
el de sagaces conversaciones, mantiene, sin alterarse. A tí te saludo bajo la
mnemósine del canto, a quien engendró por sí sólo mi belicoso armamento, radiante
de oro. Aquí me ocupo, el más grande, de los hermanos cuatro, de sostener la
danza de nuestro Olímpico Padre. Felíz tú que tienes los monumentos de las más
excelentes palabras, felices nosotros todos por los gestos que sacuden tierras,
felíz yo, ante el altar, hypsistos, por esta mortal tarea.
El decir Claus Freiberg en el Día Argentino del Padre (16/06/2013)
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